Querido Padre: Siéntate y tómalo con calma por favor. Yo se que tu me enseñaste desde que tenía uso de razón qué es un fuera de lugar, un corner, un saque de banda; me enseñaste que una camiseta debe ser sudada hasta el final y que todo equipo azul europeo tiene una estrecha relación con nuestro equipo. También me enseñaste que al equipo se le sigue en las buenas y en las malas, que al estadio se va a alentar, no a criticar, que se deben sufrir todos los partidos y que nuestro estado de ánimo del domingo depende de la victoria o la derrota. Pero ya no más. Dicen que cuando el amor es tormentoso debe acabar. Mi amor por el fútbol era un continuo sufrimiento de ver --como en las reclaciones-- como él promete cambiar, promete darnos alegrías...empieza bien y....nada, la misma cosa, la misma decepción. Así que le retiro mis afectos al Fútbol. A todo lo que representa. Eso incluye: Mundial para abajo, incluso el Olaya. Ya no pienso matar mis energías en una selección a la que le metieron un
lo que se me ocurra diariamente